¿Algo nuevo, finalmente, bajo el sol? En 1904, la revista ‘Nature’ anunció en un pequeño breve el logro de dos hermanos, Orville y Wilbur Wright, que consiguieron que un artefacto que lanzaron colina abajo en Carolina del Norte se elevara del suelo durante doce segundos. Se trató del «primer logro exitoso de vuelo artificial». Hoy, 115 años más tarde, la revista británica vuelve a traer la noticia de un avance sensacional en el campo de la aviación.

Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) informan del vuelo exitoso, durante nueve segundos, de un pequeño aeroplano propulsado por un motor de iones. Desde los hermanos Wright, todos los modelos de avión que surcan los cielos necesitan un motor con partes móviles. Pero esta aeronave experimental no requiere de motor ni de combustión. De momento sólo es capaz de volar a 47 centímetros del suelo, pero como dice ‘Nature’ en un editorial: «Cualquiera que vea volar a la máquina puede vislumbrar un futuro con aeronaves más limpias y silenciosas».

Históricamente, los aviones han sido propulsados ​​por motores con componentes móviles (como hélices o turbinas) propulsados por combustibles fósiles. Crear una propulsión empleando fuerzas eléctricas para crear una corriente de iones se propuso hace años como una forma alternativa de volar, pero hasta ahora nunca un avión se había elevado utilizando un dispositivo electroaerodinámico.

Explicado de forma sencilla, lo que hace este dispositivo es usar un campo eléctrico para acelerar los iones en un fluido, formando un viento iónico.

Steven Barrett, profesor de aeronáutica en el MIT, y sus compañeros han logrado que el pequeño avión de ala fija que diseñaron volara exitosamente 60 metros. El modelo piloto pesa 2,45 kilos y funciona con unas baterías y un transformador de alto voltaje capaz de producir 500 vatios.